Reseña «En sus manos ardió el bosque» de Diego Álvarez Miguel

9788408161219

 

La vida es una gran obra sin ensayos. ¿Cómo saber lo que responder ante sus golpes más inesperados? Enfrentado a sus sentimientos, Hugo se hace preguntas decisivas para salir adelante y recuperar la esperanza. Durante su recorrido emocional, vivirá las experiencias cotidianas que se producen tras la separación de la persona amada. Detrás de cada poema y de cada canción, en cada una de las páginas de este libro subyace una historia en la que el amor, el dolor y la ilusión germinan para brotar con fuerza inextinguible.


-¿Y dónde dejas el arte? -preguntó ella.
-Es una enfermedad.
-¿El amor?
-Una ilusión.
-¿La religión?
-El sucedáneo elegante de la fe.
-Eres un escéptico.
-¡Jamás! El escepticismo es el comienzo de la fe.
-¿Qué eres entonces?
-Definir es limitar

(El retrato de Dorian Gray – Oscar Wilde)


Podría decir que este libro es una novela, una novela con toques de prosa poética, una novela en la que se mezclan poemas. Podría decir que no es una novela juvenil. Podría decir que vemos reflejada una vida, un amor, una canción. Podría decir que es una novela de amor y que no cuenta un ruptura.

Podría decir muchas cosas de este libro, pero en el momento que os diga una palabra para definiros el libro lo voy a estar limitando, y hay libros que no pueden limitar, por mucho que la gente aprecie las etiquetas, por mucho que se encuentre en una sección de la librería, por mucho que aparezca una descripción en la sinopsis del libro, por mucho que tenga un género, por mucho que se diga, por mucho que se escriba. Este libro no se puede limitar con palabras. Quizá os lo pudiera explicar con una mirada, pero no he grabado mis reacciones al leerlo. Quizá solo se pueda explicar leyéndolo, entendiéndolo, odiándolo o amándolo. O quizá, no se pueda explicar nunca.

«La poesía -en cierto modo

igual que la muerte- es un grito

que alguien enciende en la noche

y que no se apaga.»

Dejar la reseña de esta forma sería muy poco profesional por mi parte, así que, aunque no quiera limitarla, tendré que hacerlo mínimamente para desgranar que ocurre, o mejor dicho, que os ocurrirá al leer este libro.

En sus manos ardió el bosque no llegó a mis manos por casualidad, conocía la autor por la antología Re-generación de Valparaíso. Fue, junto a Fernando Valverde, quien presentó la antología en Granada, y desde que lo escuché leer algunos de sus poemas, y más tarde leerlo brevemente en la antología, me gustó, me gustó su estilo y la forma de construir los poemas. Después de eso, investigué un poco sobre él, sus libros y sus premios, descubrí el patarrealismo y a otros poetas. Quería leer, y quiero, Hidratante Oliva, pero al final cuando fui a la librería terminé comprando En sus manos ardió el bosque.

Al principio, cuando vi que iba a sacar un libro, pensaba que era de poesía, luego vi que era algo a medio camino entre novela y poesía, y ahora, después de leerlo no sé muy bien cual es el género al que pertenece.

El libro está escrito en prosa, en prosa poética más bien, aunque también incluye algunos poemas que Hugo, el protagonista, va escribiendo a lo largo del libro. Sinceramente a lo largo de la lectura me ha gusta más la parte en prosa que los poemas, aunque algunos me han gustado, en conjunto, esta parte no me ha terminado de convencer, transmitía menos que lo que me conseguía transmitir la prosa.

«Nunca creí, hasta ahora, que a un muerto

se le pudiera seguir matando.»

El tema sobre el que versa la obra es el amor, una gran historia de amor. Cuando comienzas a leer no sabes muy bien qué ocurre. Se cuentan dos historias paralelas, el pasado y el presente, de forma diferenciada. Esto nos lleva a confusión suponiendo de ante mano lo que va a pasar. Sin embargo, nos equivocamos, no es para nada lo que nos esperamos y el libro no nos cuenta una ruptura amorosa. El libro nos cuenta una gran historia de amor que fue y que ya no es.

Todo esto está contado desde la belleza propia de las palabras, es decir, os vais a encontrar ornamentación ¿necesaria o innecesaria? eso no lo sé, depende de los gusto de cada uno en la lectura. A mí, que soy de gustos diversos, me ha gustado poder perderme entre metáforas, comparaciones y reflexiones sobre todo aquello que muchas veces, por falta de tiempo o por falta de imaginación, no le dedicamos tiempo de reflexión.

El libro, aunque cuenta una historia de amor, no habla demasiado del amor. Habla de los problemas personales de Hugo y de la historia de su vida. El pasado, el presente y lo que podrá ser.

Vemos el cambio de Hugo en el transcurso de la historia. Al principio, cuando conoce a Nuria, él mismo no se conoce, después él y nosotros, los lectores, lo llegamos a conocer, a empatizar con él, a desearle lo mejor.

Imaginaos que vais por la calle y veis a un amigo vuestro que hace tiempo que no veis, años, y empieza a contaros que ha sido de él este tiempo. Eso es, más o menos, lo que experimentáis con este libro. Conforme avanza parece que conocemos a Hugo de siempre, que no queremos que lo pase mal y que nos alegramos de volver a verlo después de tanto tiempo.

Esto es algo complicado de conseguir. Es fácil empatizar con los personajes, todos los lectores empatizamos con personajes muy buenos a los que le pasa algo malos, es la fórmula perfecta. Lo complicado está en cogerle cariño, en parecer tan real como cuando nuestros amigos nos escriben lo que ha pasado en una fiesta por Whatsapp, eso sí, la lectura es más fácil, más bonita y sin tener que dar consejo después.

«Para estar feliz se necesitan motivos, para estar triste no.»

Tengo constancia de que mucha gente ha llorado con este libro. Me lo creo, porque sé que es un libro con la capacidad de hacerte llorar. A mi, más que llorar, me ha hecho disfrutar leyendo como pocas novelas han sabido hacer.

Es un libro corto, rápido y muy ameno. Vais a disfrutar con el placer de la lectura, os vais a emocionar, a sorprender, a no creer lo que leéis, a no comprender algunos comportamientos. En general, lo vais a sentir como una vida más, porque, ante todo, este libro es humano, y desprende esa calidez tan buscada para los domingos de manta y libro.

Un comentario

Deja un comentario